lunes, 5 de noviembre de 2007

Aqui está Don Juan Tenorio, para quien quiera algo de él.

El jueves pasado tuve oportunidad de asistir a la función de estreno del Tenorio, producida y dirigida como ya es costumbre de 46 años por Gonzalo Correa, en el Teatro Hidalgo del IMSS.

Mis emociones son bastante encontradas, ya que la puesta en escena es muy buena, con un nivel loable en cuanto a escenografía, dirección y actuación (con uno que otro personaje medio difícil de entender, el Comendador y Luis Mejía entre ellos). Sin embargo, el teatro dejó mucho que desear, comenzando con la adquisición de los boletos. La persona que estaba antes que yo en la fila, adquirió no menos de 8 boletos, y tardó un largo rato en escogerlos.

Ese no es el problema, debo aclarar, sino que al final, el boletero dijo "Pus a'i pa'l refresco, ¿no?", y (e)l(a) estúpid@ comprador@ solo atinó a decir "Si, ¿verdad? Después de tanto batallar para encontrarme buenos lugares... discúlpeme, ¿eh? es que estaba en otra onda", y sin más ni más, procedió a aflojar la consiguiente mordida. Si de por sí el costo del teatro no es bajo, aparte hay que contribuir a que los parásitos sigan creciendo y creciendo...

¡Eso es indignante! ¡Es como si cada que yo atendiera un reporte de algún usuario, le pidiera pa' mi chesco!

Adicionalmente, y supongo que eso me pasa por ser la función estelar, hubo camarógrafos que en cada cambio de escena o aparición de algún personaje nuevo, tomaban fotos y fotos con flash, que distraían y molestaban.

Y lo peor de todo, y vuelvo a suponer que era porque se trataba de VIP's, la gente siguió entrando hasta 40 minutos después de comenzada la función. Uno de ellos, artista de TV, tuvo el tino de sentarse enfrente de mí. Y yo me preguntaba, ¿Ya pa' que vino?, hasta que al final, al dar Gonzalo Correa los agradecimientos, resultó ser "gente de la farándula"... ¡Educación debería de tener!, no llegar tarde, evidentemente llegando solo para hacer acto de presencia, y, eso sí, salir en "la oreja", "ventaneando" y demás porquerías televisivas.

Al final, Correa pasó lista de todos los "invitados", encontrándose presentes Jorge Ortiz de Pinedo y toda su parentela, y el Mago Frank entre otros.

La observación de Correa que sí vale la pena resaltar es la siguiente: Si revisan la cartelera teatral, al menos del Distrito Federal, no se encontrarán ningún otro Tenorio, ni siquiera el cómico. Después de 46 años, Correa sigue intentando mantener esta tradición, que yo en lo particular, considero muy valiosa para la cultura mexicana. Este es el tipo de atracciones que deberíamos inculcar a los niños, una obra no muy densa, divertida, interesante, y que tiene el gran mérito de estar totalmente en verso, y utilizando un lenguaje que a más de uno le convendría al menos conocer, ya no digamos utilizar.

Si no apoyamos al teatro, las producciones escasearán o se convertirán en un espectáculo TOTALMENTE elitista, sobre todo con los altísimos precios de las obras de gran nivel.

Así que ya lo saben, si están dispuestos a pasar por alto las irregularidades del teatro en sí, vayan a ver una buena obra de teatro que permanecerá en cartelera hasta el próximo miércoles.

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